Origen de la Sistematica:
Desde que la vida surgió en sus formas más sencillas hace aproximadamente 3.500 millones de años los seres vivos se han ido diferenciando generación tras generación en un proceso de evolución continua. En nuestros días se estima están descritas alrededor de 1,5 millones de especies vivientes, y se calcula que deben existir varios millones más; y si pensamos en el número de especies que surgieron y se extinguieron desde que apareció la vida, el número total asciende extraordinariamente.
La sistemática es la parte de la biología que se desarrolló primero, dentro del campo de la historia natural, que abarca también la parte descriptiva y sistemática de la geología. Su método se centró inicialmente en la observación sistemática (método observacional). La rápida acumulación de datos descriptivos condujo a mediados del siglo XVIII a la revolución linneana, con el establecimiento de convenios precisos para la nomenclatura y la clasificación de los seres vivos, válidos con independencia de la nacionalidad, la lengua o los objetivos precisos del investigador.
Por lo tanto, el sistema más utilizado con algunas modificaciones es el "Linneano", creado por el botánico sueco Carlos Linneo (1707-1778) en el siglo XVIII.
Sin abandonar la tarea de catalogar la naturaleza, aún hoy apenas iniciada, la sistemática tuvo que desarrollar sus métodos en el sentido que resume la expresión “método comparativo”. En primer lugar, la sistemática se benefició, como otras ciencias que se ocupan de sistemas complejos y determinados por una historia concreta, del desarrollo de la estadística descriptiva, desde finales del s.XIX, y muy especialmente de la estadística multivariante, a mediados del s.XX.
La diversidad de características que despliega la naturaleza viviente, las semejanzas y diferencias, son el resultado de la evolución, y efecto de dos clases de causas:
Las relacionadas con la genealogía, con la herencia. Por ejemplo, todas las modificaciones, por muy drásticas que sean, de las extremidades de los vertebrados, como el ala de los murciélagos o la aleta del delfín, parten de una misma estructura esquelética, que alteran sólo dentro de límites amplios pero insalvables.
Las relacionadas con la adaptación. La evolución conduce a los caracteres hacia grados mayores de adecuación para la función que los explica. Es la existencia de la adaptación, uno de los efectos de la selección natural, la que obliga a la biología a recurrir a fórmulas teleológicas en sus explicaciones.
Taxonomía:
Para el estudio de la clasificación de los organismos surgió una ciencia llamada taxonomía (de la raíz griega taxis que significa ordenación). La organización que establece la taxonomía tiene una estructura arbórea en la que las ramas a su vez se dividen en otras y éstas a su vez en otras menores, a cada una de las ramas, ya sean grandes o pequeñas, desde donde nacen hasta su final, incluyendo todas sus ramificaciones se denomina taxón, es decir la taxonomía tiene por objeto agrupar a los seres vivos que presenten semejanzas entre sí y que muestren diferencias con otros seres, estas unidades se clasifican principalmente en siete categorías jerárquicas de más grande a más pequeña que son:
Reino - Phylum o División (Tipo) - Clase - Orden - Familia - Género - Especie
Estos siete niveles a veces no suelen ser suficientes para clasificar de forma clara a todos los seres vivos, y es necesario en algunos casos crear subdivisiones intermedias, como superorden, que agrupa varios órdenes, o suborden y superfamilia, que agrupan a varias familias, etc.
En plantas, los nombres de las clases deben llevar el sufijo "-opsida" (Magnoliopsida); en algas, las clases deben acabar en "-phyceae" (Chlorophyceae) y en hongos han de terminar en "-mycetes" (Homobasidiomycetes).
La subclase, también lleva sufijos concretos en plantas ("-idae", como Rosidae, algas ("-phycidae") y hongos ("-mycetidae").
En animales y bacterias no hay obligación de un sufijo concreto para nombrar las clases ni las subclases (Mammalia, Insecta o Cephalopoda; Bacilli o Mollicutes).
Al igual que ocurre con otros niveles (categorías) en la taxonomía de los seres vivos, y debido a la enorme dificultad a la hora de clasificar ciertas especies, varias familias pueden agruparse en superfamilias, y los individuos de una familia pueden organizarse en subfamilias (y éstos a su vez en infrafamilias).
La familia es la categoría taxonómica más importante luego de las de género y especie. Los detalles exactos de la nomenclatura formal dependen de los "Código de Nomenclatura" (manuales que gobiernan la nomenclatura biológica).
FAMILIA
Supertribu
TRIBU
Subtribu
Una especie se define a menudo como grupo de organismos capaces de entrecruzar y de producir descendencia fértil. Mientras que en muchos casos esta definición es adecuada, medidas más exactas o que diferencian más son de uso frecuente, por ejemplo basado en la semejanza del ADN o en la presencia de rasgos local-adaptados específicos.
Nomenclatura Binominal
En biologia, la nomenclatura binominal (también llamada nomenclatura binaria) es un convenio estándar utilizado para denominar las diferentes especies de organismos (vivos o ya extintos). A veces se hace referencia a la nomenclatura binominal como Sistema de Clasificación binominal.
Como sugiere la palabra «binominal», el nombre científico asignado a una especie es formado por la combinación de dos palabras (“nombres” en latín o de raíz grecolatina): el nombre del género y el epíteto o nombre específico. El conjunto de ambos es el nombre científico que permite identificar a cada especie como si tuviera "nombre y apellido".
La nomenclatura binominal es la norma puntual que se aplica a la denominación de los taxones específicos, pero representa sólo uno de los estándares de la nomenclatura biológica, que se ocupa también de la denominación formal (científica) de taxones de otras categorías.
La Angiosperma:
Los angiospermas, constituyen el subgrupo más importantes de los fanerogamas. Reúne en efecto, cerca de 270.000 especies, número que aumenta cada año en consonancia con los descubrimientos de nuevas especies por parte de los botánicos sistemáticos; éstas especies se agrupan en 300 ó 400 familias según los criterios de los diferentes autores.
Se separan las especies de este enorme subgrupo en dos clases, ateniéndose al número de cotiledones que poseen sus semillas. Se distinguen así las monocotiledóneas, con un solo cotiledón en su semilla, hojas paralelinervias y raíces fasciculadas; y las dicotiledóneas, con dos cotiledones, hojas con nerviación articulada y raíces axomorfas.
La característica fundamental de éste subgrupo reside en la estructura del órgano femenino: el cárpelo. Es el órgano foliáceo, cerrado, vuelto sobre sí mismo, que se transforma en fruto después de la fecundación, en su interior se encuentran los óvulos que evolucionan hasta ser semillas. Como resultante de la estructura del cárpelo, el grano de polen hasta los grupos reproductores.
La mayoría de las especies angiospermas tienen raíces, tallos y flores. No son más que adaptaciones a ambientes extremos o a una biología muy particular, las que provocan la atrofia de cierto órgano, traducción del sistema foliar por parte de plantas desérticas, supremisión por parte de los parásitos.
La morfología y la estructura de las raíces, tallos y hojas, caracterizan a las angiospermas de manera menos rigurosa que las flores. Las angiospermas comprenden junto a las leñosas, en considerable número de plantas herbáceas, tienen unas hojas que ordinariamente poseen formas de lámina más o menos recortadas y que no viven corrientemente más allá de una estación.
El carácter que mayormente distingue a las gimnospermas y angiospermas es la reproducción de semillas. Esto ha sido de gran importancia en la conquista del ambiente terrestre, a partir del período Carbonífero. La semilla puede ser considerada como una planta empaquetada y lista para ser expedida. En efecto, puede ser transportada por viento, los animales, o pueden flotar en el agua, hasta puntos lejanos. Además, la semilla puede permanecer en estado de latencia por muchos meses y a veces años hasta encontrar condiciones de temperatura y humedad favorables como para poder germinar. Este sistema de reproducción es, sin duda, muy eficaz y ha sido una de las razones por las cuales las plantas superiores alcanzaron gran difusión y dominio en el ambiente terrestre.
Entre las monocotiledóneas hay herbáceas terrestres que, dotadas de bulbos o tubérculos, pasan la temporada desfavorable dentro de la tierra, herbáceas palustres y plantas acuáticas. Dentro de las monocotiledóneas encontramos a las alismátidas, arécidas, lílidas.
Alismátidas.- Dentro de esta subclase se incluyen las plantas herbáceas, acuáticas o palustres, que representan el peldaño inferior de la clase. Son, por lo tanto, las monocotiledóneas menos evolucionadas y se sitúan en la escala evolutiva tras el último grupo de las dicotiledóneos, el de las ninfeales.
Las flores son unisexuales o hermafroditas. Su gineceo suele consistir en carpelos libros dispuestos helicoidalmente; en cambio, los verticilos del periantio (uno o dos) y los de los estambres (con dos trímeros los más primitivos, que luego se reducen a uno solo), tienen disposición cíclica. Los frutos acostumbran a ser folículos o núculas, cuyas semillas carecen de endosperma.
Dicotiledóneas
Características.- Sus embriones poseen dos cotiledones, característica que da nombre al grupo. A menudo son plantas compuestas, provistas de pecíolo. El rasgo que las distingue de las monocotiledóneas es una red de nervios. En los tallos se puede ver, en sección transversal, los haces conductores dispuestos en círculo, que se encargan de transportar el agua y las sales minerales.
En esta clase están representados casi todos los tipos de flores. Las partes de la flor son los sépalos, pétalos, estambres y carpelos que suelen disponerse en verticilos (cáliz, corola, androceo y gineceo, respectivamente).
Las dicotiledóneas comprenden vegetales leñosos y herbáceos. Los tallos de los primeros tienen porte arbustivo, si se ramifican desde la base, o arbóreo, si las ramas aparecen a cierta distancia del suelo. A pesar de existir muchos órdenes dentro de esta clase sólo hablaremos de algunos.
Magnoliales: se considera uno de los órdenes más antiguos ya que presenta muchas características arcaicas o poco evolucionados. Esta categoría comprende plantas leñosas de flores casi siempre hermafroditas.
Rosales: esta categoría comprende vegetales de porte arbóreo, arbustivo o herbáceo. Sus especies acostumbran a tener flores cíclicas, o sea, con las piezas dispuestas en vesticilos, de corola dialipétala (con pétalos libres). Las hojas se insertan en espiral alrededor del tallo (alternas) y sus pecíolos presentan con frecuencia estípulas.
La familia de las rosáceas, la de mayor importancia, consta de unas dos mil especies. Sus flores se caracterizan por su simetría radial, son completas y tienen cinco pétalos, cinco sépalos y un elevado número de estambres. Las rosáceas producen frutos de formas muy variadas (aquenios, drupas, pomos, etc). Esta familia incluye algunos de los árboles frutales más apreciados por el hombre. Así, por ejemplo, el género Prunus pertenecen el cerezo, el ciruelo, el melocotonero, el almendro y el albaricoquero.
Leguminales: este orden comprende árboles, arbustos y plantas herbáceas, por lo general de hojas alternas. Las flores poseen cinco pétalos y cinco sépalos. El fruto, al formarse, origina una legumbre que suele abrirse longitudinalmente en dos valvas. Dentro de esta categoría encontramos a la acacia, los guisantes, el garbanzo.
La propagación es el proceso por el cual las plantas producen nuevos organismos a partir de semillas, tallos, hojas y raíces.
PROPAGACION SEXUAL
Se trata de un tratamiento fácil y de costo relativamente económico. Para su germinación las semillas requieren de un sustrato (tierra) y agua, y para el caso de las semillas de plantas silvestres un período de almacenamiento al menos de dos meses en una bolsa de papel o frasco puestos en un lugar fresco.Las semillas son el vehículo natural para la reproducción de las plantas, así como para la recolección, transporte, manejo y almacenamiento de germoplasma, con la ventaja de que éstas preservan la variabilidad genética resultante de la reproducción sexual.
PROPAGACION ASEXUAL
la propagación vegetativa o clonación se defi ne como la reproducción de una planta a partir de una célulaun tejido, un órgano (raíces, tallos, ramas, hojas). Enteoría, cualquier parte de una planta puede dar origen aotra de iguales características según sean las condicionesde crecimiento (luz, temperatura, nutrientes, sanidad, etc.). Esto se debe a que muchas de las células de lostejidos vegetales ya maduros conservan la potencialidadde multiplicarse, de diferenciarse y dar origen a diversas estructuras como tallos y raíces; estos grupos celularesforman parte de meristemos primarios y secundarios que pueden encontrarse en todos los órganos de las plantas. Las células no diferenciadas que los conforman tienen la información genética y las propiedades fi siológicas de producir una nueva planta con iguales características de la planta madre, propiedad conocida como totipotencia. Considerando que la reproducción sexual o por semillas mantiene la variabilidad genética y el avance evolutivo de la especie, la propagación vegetativa se orienta a la reproducción idéntica de plantas con características deseables como la alta productividad, calidad superior o tolerancia al estrés biótico o abiótico y como tal, juega un papel muy importante en la permanencia de una característica ideal de una generación a otra. La propagación vegetativa es practicada desde el inicio de la agricultura, en los procesos de domesticación de las especies que hoy se cultivan; se tienen reportes históricos que este método se ha usado en árboles frutales e el Mediterráneo desde los tiempos bíblicos; hoy en día, continúa siendo de gran valor en los esfuerzos de domesticación de esta clase de especies. La propagación vegetativa comprende según sea la complejidad del caso, desde procedimientos sencillos, conocidos de tiempos inmemoriales por los campesinos de todo el mundo, hasta procedimientos tecnológicamente muy avanzados basados en la tecnología del cultivo de tejidos vegetales. Según Vásquez et al., 1997, la propagación vegetativa tiene tres variantes la primera la propagación por partes vegetativas como rizomas (plátano), estacas o sequía, etc).
• Ser más efi ciente cuando la reproducción sexual no esel método más viable o efi caz.
• Propagar especies que sus semillas presentan problemas de germinación o de almacenamiento o que son de ciclo reproductivo largo.
• Aprovechar las características genéticas favorables de dos plantas en una sola planta.
• Manejar las diferentes fases del desarrollo de las plantas.
• Obtener plantaciones uniformes o la producción de un determinado número de individuos con identidad genética.
Una reproducción puede ocurrir mediante la formación de raíces y tallos adventicios o por medio de la unión de partes vegetativas o injertos.
La reproducción asexual, o sea la reproducción utilizando partes vegetativas de una planta original, es posible realizarla porque cada célula vegetal contiene las características genéticas necesarias para generar una nueva planta.
Una reproducción puede ocurrir mediante la formación de raíces y tallos adventicios o por medio de la unión de partes vegetativas o injertos. Asimismo, las estacas y acodos tienen capacidad para formar raíces, pudiendo constituir un nuevo sistema de brotaciones. Las hojas también pueden regenerar tanto raíces como tallos, además es posible injertar entre sí una nueva raíz y un tallo para formar una sola planta.
Es conocido que de una célula individual se pueden iniciar nuevas plantas, sea de forma adventicia en plantas completas o en sistemas de cultivo aséptico. Al respecto vale destacar que a la propiedad de las células vegetativas vivientes de regenerar organismos completos se la denomina “totipotencia”.
En base a esta característica genética se han logrado regenerar plantas completas en cultivos asépticos, a partir de células individuales de la médula del tabaco y de la raíz de la zanahoria, resultando plantas idénticas a aquellas de donde se tomaron las células individuales.
Se trata del sistema de propagación sexual más conocida. También se le llama fecundación cruzada. Se trata de un sistema que garantiza la variabilidad genética y por tanto las nuevas combinaciones alélicas dentro de una especie. No está restringido sólo a plantas con flores sino que también se da en otros tipos de organismos (por ejemplo en Briofitas) en los que en vez de existir granos de polen (como gametas masculinas) existen gametos masculinos ( anteridios).
En la evolución de plantas fueron apareciendo mecanismos de reproducción que favorecían la alogamia y que excluían total o parcialmente la autogamia. La dioecia es el más importante de ellos ya que las gametas masculinas y femeninas se originan separadamente en individuos diferentes (el espárrago es un ejemplo de planta dioica). Muchas plantas productoras de esporas (Briofitas, Talofitas, helechos) son monoicas. Las gametas masculinas y femeninas se desarrollan en lugares diferentes de una misma planta (por ejemplo, en maíz) o bien se desarrollan asincrónicamente, esto es madura antes el gineceo o el androceo de la misma flor (Ejemplo: algunos helechos y algunas árboles con polinización anemófila).
Un gran número de angiospermas poseían flores hermafroditas con estambres y carpelos en la misma flor y eran en su mayoría autoincompatibles. Aún hoy la situación perdura. Las angiospermas más modernas se caracterizan por ser monoicas o dioicas. Es más se han descrito algunas especies como Bryonia por ejemplo que presenta individuos monoicos y dioicos.
En la mayoría de las familias de las angiospermas la estructura floral es tal que previene la transferencia accidental del polen al estigma. En otras palabras, la estructura floral es tan elaborada que sólo la ayuda de polinizadores (insectos, pájaros) garantiza la transferencia del polen al estigma de otra flor.
El androceo y el gineceo de las flores de algunas especies madura uno a continuación del otro. Este fenómeno se llama dicogamia. En la homogamia, por el contrario ambos verticilos florales maduran simultáneamente. En las flores protándricas el androceo madura antes que el gineceo mientras que en las flores protogínicas, el gineceo es el que madura primero.
En algunos géneros como por ejemplo Tulipa (tulipán) y Hyacinthus (jacinto) las especies tetraploides son autocompatibles mientras que las diploides de las que provienen son autoincompatibles.
De lo expuesto, se deduce que plantas alógamas son aquellas cuya semilla es producto de fecundación cruzada.
Es el único mecanismo de propagación en angiospermas. Todas las especies que se describen como autógamas obligadas poseen unos niveles muy bajos de alogamia que asegura un flujo génico restringido entre las poblaciones garantizando, por tanto, la unidad de la especie. El porcentaje de alogamia de plantas pertenecientes a especies autógamas depende del genotipo, de la variedad , de las condiciones ambientales en las que se desarrolla, de la presencia de polinizadores, etc. En algodón, por ejemplo, variedades pertenecientes a determinados genotipos tienen hasta un 50% de alogamia.
Las especies en las que la autogamia es común pero la alogamia no es rara se dice que son autógamas facultativas (para algunos autores autógamas opcionales). Las plantas de especies autógamas son, por lo general anuales, con flores pequeñas, no conspicuas, sin atracción para los agentes polinizadores. La autogamia es una estrategia útil cuando existe un pequeño número de individuos por área ya que el éxito de la propagación es más importante que la producción de nuevos genotipos.
La autogamia es ventajosa en especies poliploides ya que la genética es mucho más compleja en los diploides que en los poliploides. En un individuo diploide, el genotipo para un locus determinado puede ser: AA, Aa y aa. La situación es más compleja en los tetraploides: AAAA. AAAa, AAaa, Aaaa, aaaa. La alogamia ayuda a obtener una visión más favorable que la autogamia o la propagación vegetativa.
Considerada la gran importancia de las plantas, no sorprende que el hombre se haya preocupado desde hace miles de años por obtener tipos de plantas superiores para satisfacer sus necesidades. Sin embargo, estos intentos se sistematizaron recientemente con el desarrollo de la genética.
Las poblaciones humanas y las de animales siempre han padecido hambre, excepto durante los breves periodos de abundancia. Cada uno de estos periodos ha producido aumentos bruscos en las poblaciones, y casi siempre les siguen épocas de hambre y, consecuentemente, de enfermedades, alta mortalidad infantil, vida pobre y desnutrida, etc.
La preocupación del hombre por aumentar la producción agrícola de acuerdo con sus necesidades, se ha manifestado desde hace muchos siglos. Por ejemplo, en 1798 Thomas Robert Malthus señaló que la población aumenta hasta que el hambre la controla, a no ser que sobrevengan guerras o desastres.
En 1868, Darwin postuló el origen de las especies por medio de la selección natural, efectos de la hibridaci6n y autofecundación en el reino vegetal.
Gregor Mendel, en 1866, estableció los principios básicos de la herencia. A partir de 1900 se contó con principios científicos (leyes de la herencia), base del fitomejoramiento.
En 1904, G. H. Shull inició la formación de líneas en maíz a través de autofecundaciones. Simultáneamente, Edward East obtuvo resultados similares a los de Shull. Por su parte, Donald F. Jones sugirió en 1918 la formaci6n de cruza doble para la producción de semilla híbrida de maíz, a fin de aumentar la producción comercial.